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  • Foto del escritorNadia Camacho

Dale,dale,dale...

Actualizado: 17 sept 2018

Jueves 6 de Septiembre de 2018

La semana pasada los niños de la fundación y yo hicimos algunas piñatas. Lena, la chica de Alemania nos ayudó también. Pasamos tres días dibujando, cortando y pegando papeles de colores en cajas de cartón para decorarlas. El resultado fueron 4 piñatas de cartón con las caras de diferentes animales que Lena dibujó minuciosamente.

.Ese día preparé "agua de horchata" ( es extraño que a pesar de que en Colombia se come muchísimo arroz, no se conoce "la horchata" que es una bebida con base de arroz y canela).A los niños y a los profesores les encantó “Profe esta agua sabe a colada “ y después de eso los niños rompieron las piñatas y cojieron muchos dulces. “Bueno, vamos a cantar y el que no cante no le pega a la piñata ¿listos?”- "Dale, dale, dale no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino. Ya le diste uno, ya le diste dos, ya le diste tres y tu tiempo se acabó”. Obviamente los accidentes no nos faltaron. Alejo se aventó a la piñata con la determinación salvaje de un tigre que ataca a su presa. El resultado fue un chichón en la cabeza y un par de lágrimas de cocodrilo que Alejo olvidó tan pronto como empezó a masticar las mentas y otras confituras que entre llantos y quejas logró recoger de la piñata .El profe José, quien sostenía las cuerdas de la piñata, no se salvo de los golpes desatinados que los niños dirigieron a la piñatas con su imparable fuerza, pero como buen adulto aguantó con admirable valentía y sin quejarse. Ese día todos se atragantaron con los dulces. Estuvieron muy contentos.


A los niños y a los profesores les encantó “Profe esta agua sabe a colada “ y después de eso los niños rompieron las piñatas y cojieron muchos dulces. “Bueno, vamos a cantar y el que no cante no le pega a la piñata ¿listos?”- "Dale, dale, dale no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino. Ya le diste uno, ya le diste dos, ya le diste tres y tu tiempo se acabó”. Obviamente los accidentes no nos faltaron. Alejo se aventó a la piñata con la determinación salvaje de un tigre que ataca a su presa. El resultado fue un chichón en la cabeza y un par de lágrimas de cocodrilo que Alejo olvidó tan pronto como empezó a masticar las mentas y otras confituras que entre llantos y quejas logró recoger de la piñata .El profe José, quien sostenía las cuerdas de la piñata, no se salvo de los golpes desatinados que los niños dirigieron a la piñatas con su imparable fuerza, pero como buen adulto aguantó con admirable valentía y sin quejarse. Ese día todos se atragantaron con los dulces. Estuvieron muy contentos.

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