Sábado 8 de Septiembre de 2018
Esta noche no pegamos la pestaña para nada. Lena, Mirna y yo nos fuimos de fiesta. Vimos un concierto de música del pacífico en el parque Caldas, y luego nos metimos a un karaoke en el centro. Otros amigos vinieron también. Getza, que también es mexicana, y yo cantamos muchísimo porque da la casualidad que a los colombianos les encantan muchas de las canciones que también nos encantan a los mexicanos. “Quisiera volver a amarte, volver a quererte, volver a tenerte cerca de mi,,mis ojos lloran por ti” “Adiós amor yo fui de ti el amor de tu vida”. Nos fuimos hasta que se nos secó la garganta. Salimos de ahí para irnos a bailar salsa, merengue, reggeaton y bachata, que es lo que se baila aquí. Entramos a la disco y las viejas con sus escotes espectaculares y tacones monumentales, la música sólo podía disfrutarse. Después regresamos a nuestras casas para tomar nuestras cosas e irnos a Salento muy temprano en la mañana.
Salento es una ciudad muy pequeña ubicada en medio de las montañas, en el departamento del Quindío, Colombia. La gente ahí es linda, linda y amable, amable. Sí, dos veces. Sorprendentemente esta ciudad fue fundada hace apenas 176 años, después de que Simón Bolívar caminara a través de estas tierras después de haber ganado la independencia de Perú. Eso nos los dijo Juliana, la recepcionista del hostal donde pasamos el fin de semana.¡Habitación privada para tres, baño semi-privado, wifi y desayuno por 8 dólares! Ni en México tenemos esto. Este lugar es sin duda bello, bello. Por la tarde visitamos “el valle de Cocora”, una tierra donde crecen las los árboles de palma más altos del mundo y el árbol nacional de Colombia “la palma de cera del Quindío”. Aquí montamos a caballo y tomamos muchas fotos para capturar la belleza del paisaje. Después de venir con nosotros, el guía trató de engatuzarnos diciéndonos que el hostal donde nos quedábamos era de su familia. "Vea. Dennos sus números para salir hoy en la noche. Nosotros siempre organizamos salidas con los extranjeros." “Uy,me gustaría… pero no puedo. Mi celular se descargó.” “El mio también está muerto” “Lena dale tu número”- In English, me to Lena “you should give him a fake one” “It’s okay”.Ellos nos llamaron más tarde pero fingimos demencia. Antes de tomar la jeep de regreso a Salento, vimos el atardecer desde el valle de Cocora. Fue hermoso.
